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Una crónica sobre la participación en el foro sobre el fin del conflicto.

2016/febrero 12/Coordinación Campesina del Valle del Cauca/Marcha Patriótica Valle del Cauca 

Una crónica sobre la participación en el foro sobre el fin del conflicto.



Coordinación Campesina del Valle del Cauca, CCVC
Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca, ASTRACAVA

La Coordinación Campesina del Valle del Cauca, CCVC y la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca, ASTRACAVA, organizaciones integrantes de la Asociación Nacional de Zonas de Reserva Campesina, ANZORC, de la Federación Nacional Sindical Unitaria Agropecuaria, FENSUAGRO, y del Movimiento Social y Político Marcha Patriótica, tuvo el honor de participar en representación de las comunidades campesinas del departamento en el último foro convocado por la mesa de diálogos de La Habana denominado “Fin del Conflicto” y “Refrendación, implementación y verificación”, organización por la Universidad Nacional de Colombia y la Organización de Naciones Unidas en la ciudad de Bogotá, los pasados 7 y 8 de febrero de 2016. 

Como es de público conocimiento dicho foro se convocó por solicitud expresa de la mesa de la Habana[1] con un claro mensaje de urgencia tanto para su realización como para la entrega de sus resultados, lo cual puso a los organizadores en una carrera maratónica para cumplir el encargo. Así mismo, de acuerdo a lo vivido en las mesas del foro, parece que al menos a gran parte de las organizaciones y sectores participantes la convocatoria al foro no fue planificada, lo cual se reflejó en los vacíos en muchas de las propuestas presentadas e incluso varios subpuntos en los que no hubo propuestas concretas, sin desconocer la seriedad de muchas de las propuestas presentadas por los diferentes participantes. 

Esto, sumado a la limitada participación de la sociedad en general ya que la convocatoria fue cerrada, señala de por sí algunas consideraciones críticas respecto a los resultados del foro. Sin embargo, las consideraciones críticas que hubiésemos podido tener respecto a lo anterior se fueron quedando pequeñas a medida que el foro transcurrió y fuimos ahondando en la inmensa significación que tienen los dos puntos en discusión para el país, puesto que la extensión y complejidad que encierran se pusieron de manifiesto en los paneles donde expertos ilustraron a los asistentes sobre sus especificidades y distintas variantes propositivas.

Por sólo plantear algunos de los aspectos resaltados, el exministro Juan Camilo Restrepo fue explícito en señalar que a poco menos de dos meses de cumplirse la fecha acordada para la firma del acuerdo final, el Estado colombiano no cuenta con una institucionalidad agraria consolidada para asumir la tarea de la implementación de los acuerdos del punto agrario, toda vez que el INCODER está en proceso de liquidación y lo que es peor, adelantando tareas de contrarreforma agraria; señaló que de acuerdo a su experiencia una institución estatal requiere por lo menos un año para consolidarse y empezar a cumplir cabalmente las funciones para las que fue creada, lo cual implica una talanquera seria para la implementación de los acuerdos en este aspecto. Así mismo, planteó la preocupación por la cuestión fiscal, puesto que actualmente el gobierno atraviesa por una seria crisis fiscal que ha llevado incluso a la reducción de los rubros sociales y agrarios, y según estimaciones de FEDESARROLLO sólo para la implementación de los acuerdos agrarios se requieren al menos 9 billones de pesos anuales. La cooperación internacional no puede ser la única fuente de recursos para la paz, expresó.

Respecto al tema de la refrendación, sorprendió que todos los panelistas (Rodrigo Uprimny, Carlos Holmes Trujillo y Álvaro Leyva) concordaron en afirmar que la iniciativa del plebiscito impulsada unilateralmente por el gobierno nacional no es un mecanismo de consulta adecuado para la refrendación de los acuerdos, en la medida que la función constitucional de dicho mecanismo no la faculta para promover reformas constitucionales, e incluso el profesor Uprimny fue más lejos al señalar que ninguno de los mecanismo de consulta establecidos por la constitución son adecuados para este fin, en la medida que éste considera que la refrendación debe cumplir al menos tres funciones: 1) legitimación de los acuerdos, 2) garantizar las normas necesarias para su implementación, y 3) asegurar su irreversibilidad en el sentido que ningún gobierno posterior pueda ponerlas en cuestión o desestimarlas. En tal sentido, propone un proceso que permita cumplir estas tres funciones mediante una votación ciudadana primero para definir el mecanismo de refrendación, un mecanismo especial de refrendación posterior de acuerdo a lo expresado por la voluntad popular que establezca las reformas legales para implementar los acuerdos, y una asamblea constituyente limitada al final para cerrar el ciclo del proceso de paz.

Estos son sólo dos aspectos de los 13 espinosos sub-puntos en que se desarrollan los puntos 3 y 6 del acuerdo general, que plantean los retos del cese al fuego bilateral y definitivo, la dejación de las armas, el tema de los prisioneros políticos, el paramilitarismo, la reforma institucional, el presupuesto, los tiempo para la implementación, entre otros.

Claramente para la participación ciudadana los puntos agrarios, de víctimas, de participación política y de cultivos de uso ilícito, fueron de relativa sencillez a la hora de proponer dado que planteaban asuntos por los que históricamente se ha luchado y en los que por tanto existen iniciativas construidas hace rato. Pero si algo debemos reconocer como conclusión de este foro, es que nos ha hecho falta profundizar mucho más respecto a los temas recogidos en los puntos 3 y 6 del acuerdo general, más allá de estudiar algunas experiencias internacionales que pueden dar luces sobré el qué hacer pero que de ningún modo definen la ruta más acertada para el caso colombiano. Todo lo cual nos obliga a preguntarnos con mucho estoicismo: ¿será que la sociedad colombiana sí está preparada para asumir el fin del conflicto?

Así las cosas, parece necesario que tanto la mesa de diálogos como la sociedad colombiana en su conjunto, acojamos el llamado hecho por Vincenc Fisas en el panel sobre implementación y verificación, en el cual propuso replantear la fecha para la firma del acuerdo final, para iniciar un trabajo intenso de pedagogía de paz en la sociedad colombiana que conlleve a la apropiación de todas y todos de los debates que nos plantea el reto de poner fin al conflicto. 



[1] http://goo.gl/0q2g8s   COMUNICADO CONJUNTO #66 

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