UNA COPA AMÉRICA PARA NUESTRA AMÉRICA
Fabián Esquivel
Se acaba la copa América Centenario en el
estadio MetLife Stadium de New Jersey, una
despampanante construcción por la unión de voluntades de dos equipos pesados en
el fútbol americano. Un Chile superior
venció la tenacidad argentina y la magia de Leo Messi. ¡Chile Bicampeon!! El
gran trabajo del onceno rojo, pasa por un desarrollo táctico impresionante, una
defensa escalonada que neutralizó las individualidades de una Argentina acosadora
y siempre inquietante. La selección chilena ha logrado desarrollar un pensamiento
alternativo al hacer fútbol. Se trata de un equipo construido para la
solidaridad, en la que todos se sacrifican, todos defienden si es necesario; todos
atacan y todo a una rapidez excepcional. Una gran victoria del juego colectivo y la
sincronía de esta generación del fútbol chileno, mostró al mundo que las
construcciones solidarias son imprescindibles -Me parece ver al Barcelona de
Guardiola- Aun así, con todo el despliegue mediático de la copa, no fue la
única victoria del mes para América, la solidaridad se tomó otros campos -colombianamente
hablando-
Macondo de todo
posible celebró la victoria de una batalla de más de cincuenta años y se ganó
colectivamente algo más valioso que la Copa América de fútbol: el derecho a la paz. Veinticinco años
después, la constitución de 1991 respeta su letra y brinda herramientas
jurídicas y políticas para la construcción de una verdadera e irreversible paz
con justicia social. Por ello, después de este conmovedor día de acuerdo de cese
de fuegos bilateral y definitivo en el que las masas populares por largos años
gritaban ¡Solución política al Conflicto Armado¡ resulta una consigna mayor y necesaria para
complementar el escenario de construcción de paz, y es la de ¡Asamblea Nacional
Constituyente Ya!
Ganó la lucha
popular, logrando el intercambio humanitario mayor en la historia colombiana,
el de no matarse entre sí. Es necesario que, desde el campo popular, alcancemos
una sincronía casi que suiza, para enfrentar el reto de un escenario de lucha
de clases contundente, en la que las elites proponen por ejemplo un código de
policía fortalecido y liberado para la represión y para comunicarle al rebelde,
que el Estado, no está dispuesto a aceptar nuevos poderes, así, se tenga una
“apertura democrática”. Sincronizar es
también reunir, unir y simplificar políticas, ahorrar egos y celos, invertir
confianza y arriesgar un poco, muchos ejemplos tenemos al interior, que mejor que el de la Cumbre Agraria, en la que
debemos subir un nivel en todo lo anterior para proyectar una propuesta de
poder alternativo en Colombia.
De esta manera, el
juego colectivo se agudiza en todos los niveles. Es necesario evaluar las
derrotas que hemos asistido para proyectar nuevas victorias. Colombia confió en
la paz e insistió por décadas este momento. Acabamos de ganar, si se quiere,
una copa América para nuestra América, sin embargo, nuevas batallas más intensas
se vienen. Es menester afinar el quehacer solidario entre todos y para todos,
porque una construcción de paz acertada será favorable para todos. Convocar a todos, las redes agroecológicas,
las ecuménicas, las de animalistas, las de ecologistas, las educativas y muchas
otras que podamos tejer, son imprescindibles para la defensa de la paz con
justicias social que queremos construir y atacar a la paz financiera y del
capital que pretende imponer Santos.
Que todo el mundo
sea un laboratorio de unidad andante. Es necesario renovar tácticas y estar
dispuestos a insistir. Es verdad que la única batalla que se pierde, es la que
se abandona. ¡Se viene la posibilidad real de paz para Colombia! Por lo mismo,
es un absurdo la renuncia de Messi.
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