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El nuevo código de policía, una amenaza contra derechos, libertades civiles y democráticas del pueblo colombiano.

2016/mayo 12/Comisión departamental del vocerías/Marcha Patriótica Valle del Cauca

El nuevo código de policía, una amenaza contra derechos, libertades civiles y democráticas del pueblo colombiano.


Después de haber sido aprobado por la plenaria del Senado la semana anterior, el Proyecto de Nuevo Código de Policía inicia su curso en la Comisión Primera de la Cámara de Representantes, la cual tiene hasta el 20 de junio para aprobar todo el articulado.

Con más de 250 artículos que buscan reformar el actual Código de Policía, este proyecto está siendo impulsado por el gobierno nacional desde septiembre de 2014, cuando el entonces ministro de Defensa Juan Carlos Pinzón y el director de la Policía Rodolfo Palomino, presentaron la propuesta al Legislativo.

Dicho documento ha generado fuertes críticas y preocupaciones en diversos sectores de la sociedad por convertirse en una amenaza directa contra derechos fundamentales y libertades civiles y democráticas consagradas en la Constitución Política Nacional. Dentro de los casos más relevantes, cabe destacar los siguientes:

  • La Policía podrá ingresar a un domicilio sin orden judicial, bajo el argumento de “garantizar la sana convivencia y la integridad” de los residentes del inmueble o de terceros. Al eliminar el requisito de orden judicial para realizar un allanamiento, la decisión final sobre este tipo de procedimientos queda en manos de la Policía, lo que conlleva a la vulneración directa y grave del derecho a la inviolabilidad del domicilio, como extensión del derecho fundamental a la intimidad.
  • De la misma manera, la Policía podrá tomar la decisión de manera discrecional de disolver con el uso de la fuerza cualquier reunión y/o manifestación pública que pueda causar “alteraciones a la convivencia y al orden público”. Sobre esta base, el derecho a la protesta social establecido en el Artículo 37 de la CPN, será restringido y controlado por la Policía Nacional, quien determinará cuándo es válida o no una movilización.
  • Se permitirá el procedimiento de “traslado por protección” de toda aquella persona que “deambule bajo efectos del consumo de bebidas alcohólicas o sustancias psicoactivas”, a cualquier estación policial o el sitio que la Policía determine, hasta que ellos consideren que tal persona no representa un riesgo para terceros o para sí mismo. Si dicha persona decide oponerse al “traslado preventivo”, deberá responder por unas amonestaciones o sanciones adicionales.
  • Se establecen una serie de “medidas correctivas” para quienes irrespeten o desafíen a la Policía. Al igual que en los casos anteriores, será decisión de la Policía determinar cuándo un comportamiento de un individuo o un colectivo, resulta “irrespetuoso” o “desafiante”.

Cómo será de aterradora esta reforma que hasta el senador Armando Benedetti, del Partido de la U (que claramente no se caracteriza por su progresismo), dijo al respecto: “Que la policía pueda entrar a su casa porque crea que algo está pasando, que nadie pueda protestar y la policía determina si esa protesta es válida o no, o que la gente no pueda estar con dos cervezas paseando el perro porque lo pueden detener…esa es una filosofía que no me gusta para nada, porque acaba con todas las libertades individuales y quedo muy preocupado. Es un retroceso”.

Es supremamente preocupante que el gobierno esté avanzando en reformas de este tipo, que legalizan la vulneración a los derechos humanos, más cuando se supone que debería estar poniendo a todas sus instituciones en función de construir un escenario que permita materializar los acuerdos finales con las insurgencias.

Aumentar las libertades para que la Policía cometa excesos y hablar de paz parecen dos cosas contradictorias. El respeto a los derechos humanos y las garantías para los mismos por parte del Estado son un elemento indispensable para enfrentar los retos que se avecinan y poder construir la paz estable y duradera, con justicia social, que tanto estamos anhelando.

Es nuestra tarea conocer y difundir las implicaciones de la reforma al Código de Policía y hacer todo lo que esté a nuestro alcance, desde la movilización organizada, para evitar que el país entero dé tantos pasos atrás.


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