2016/Mayo 13/Marcha Patriótica Valle/Diálogos de Paz
El miedito de Uribe a los acuerdos de paz
Por: Comisión de Voceros
Marcha Patriótica Valle del Cauca
A medida que se acerca la posibilidad de la paz en Colombia empiezan a temblar y a estremecerse los incendiarios de la guerra y a poner en funcionamiento su maquinaria política y mediática para atacar los diálogos y sabotearlos cueste lo que cueste.
No de otra forma se explica que el ejército colombiano este nuevamente emprendiendo grandes operaciones ofensivas selva adentro con el fin de ubicar a los guerrilleros en tregua, y al mismo tiempo los titulares de la gran prensa muestren que han muerto soldados como consecuencia de esto y el procurador, con espuma en la boca, haya salido a decir que hay que bombardear a las Farc, con lo cual lo único que se conseguiría es producir más muertes, acabar con la tregua unilateral y prolongar el conflicto que la gran mayoría de los colombianos queremos ver concluido.
El llamamiento de Uribe a la “resistencia civil” contra los acuerdos de la Habana es una muestra del desespero de la ultraderecha narco paramilitar que ve amenazados sus intereses políticos y económicos en un escenario de paz. Pero sobre todo lo que más les preocupa es que se revele la verdad de lo ocurrido durante el conflicto, del surgimiento del paramilitarismo, su financiación y sus patrocinadores dentro del Estado, la clase política, los empresarios y la Iglesia.
En cada uno de los acuerdos están contempladas reformas que en la práctica derrotan el proyecto político paramilitar, a saber, el de conquistar a sangre y fuego para los terratenientes y multinacionales las mejores tierras del país con todas sus riquezas sin preocuparse por nada.
La ignominiosa campaña contra la restitución de tierras, no es tanto contra el actual programa gubernamental, sino contra la restitución de tierras que vendrá con los acuerdos de la Habana, mucho más profunda y con vigilancia internacional y de las comunidades. Uribe sabe que sus propiedades y las de sus amigos fueron adquiridas por medio de la violencia paramilitar.
Los militares que quieran ser cobijados por la jurisdicción especial de paz tendrán que confesar cómo desde la casa de Nariño y desde el DAS se planeó la ejecución sistemática de jóvenes de estratos populares para hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate, así como interceptaciones ilegales, torturas y asesinatos de líderes de izquierda y de nuestro movimiento político.
Algunos opinólogos dicen que si se acaban las Farc se acaba el proyecto político del uribismo. Esto no es cierto, el proyecto uribista se caerá por su propio peso cuando el pueblo colombiano sepa la verdad y queden expuestas todas sus fechorías y crímenes.
Marcha Patriótica Valle del Cauca
A medida que se acerca la posibilidad de la paz en Colombia empiezan a temblar y a estremecerse los incendiarios de la guerra y a poner en funcionamiento su maquinaria política y mediática para atacar los diálogos y sabotearlos cueste lo que cueste.
No de otra forma se explica que el ejército colombiano este nuevamente emprendiendo grandes operaciones ofensivas selva adentro con el fin de ubicar a los guerrilleros en tregua, y al mismo tiempo los titulares de la gran prensa muestren que han muerto soldados como consecuencia de esto y el procurador, con espuma en la boca, haya salido a decir que hay que bombardear a las Farc, con lo cual lo único que se conseguiría es producir más muertes, acabar con la tregua unilateral y prolongar el conflicto que la gran mayoría de los colombianos queremos ver concluido.
El llamamiento de Uribe a la “resistencia civil” contra los acuerdos de la Habana es una muestra del desespero de la ultraderecha narco paramilitar que ve amenazados sus intereses políticos y económicos en un escenario de paz. Pero sobre todo lo que más les preocupa es que se revele la verdad de lo ocurrido durante el conflicto, del surgimiento del paramilitarismo, su financiación y sus patrocinadores dentro del Estado, la clase política, los empresarios y la Iglesia.
En cada uno de los acuerdos están contempladas reformas que en la práctica derrotan el proyecto político paramilitar, a saber, el de conquistar a sangre y fuego para los terratenientes y multinacionales las mejores tierras del país con todas sus riquezas sin preocuparse por nada.
La ignominiosa campaña contra la restitución de tierras, no es tanto contra el actual programa gubernamental, sino contra la restitución de tierras que vendrá con los acuerdos de la Habana, mucho más profunda y con vigilancia internacional y de las comunidades. Uribe sabe que sus propiedades y las de sus amigos fueron adquiridas por medio de la violencia paramilitar.
Los militares que quieran ser cobijados por la jurisdicción especial de paz tendrán que confesar cómo desde la casa de Nariño y desde el DAS se planeó la ejecución sistemática de jóvenes de estratos populares para hacerlos pasar como guerrilleros muertos en combate, así como interceptaciones ilegales, torturas y asesinatos de líderes de izquierda y de nuestro movimiento político.
Algunos opinólogos dicen que si se acaban las Farc se acaba el proyecto político del uribismo. Esto no es cierto, el proyecto uribista se caerá por su propio peso cuando el pueblo colombiano sepa la verdad y queden expuestas todas sus fechorías y crímenes.
0 comentarios:
Publicar un comentario