2016/abril 26/Marcha Patriótica Valle del Cauca/Paz
ATERRICEMOS LA PAZ
Por: Equipo de Comunicaciones MP Valle
A medida que se acerca la firma
de un acuerdo final entre el gobierno y las Farc-ep se acrecienta por parte del
gobierno esa nefasta tendencia de borrar con el codo lo que ha hecho con la
mano. Parece ser que mientras más se avanza en Habana, más agresivas se tornan
las políticas neoliberales de Santos en el territorio colombiano.
Con la llegada del “fracking” se
profundiza la crisis por la falta de agua en las comunidades donde se realizará
esta práctica. Es repugnante ver cómo el gobierno se arrodilla ante firmas
extranjeras para que puedan disponer de millones de litros de agua para acabar
con el medio ambiente en beneficio de unos pocos, y no es capaz de gestionar
los recursos para proveer agua potable a las comunidades de las que hipócritamente
dicen preocuparse con pañitos de agua tibia y campañas mediáticas estúpidas.
No contento con esto ha nombrado
como ministro de medio ambiente a Luis Gilberto Murillo, un ingeniero de minas
con énfasis en minería a cielo abierto. Las comunidades negras de Buenaventura,
Tumaco, Guapi y Quibdó lo recuerdan porque estuvo a cargo del plan “todos somos
pacífico”, un plan que solo sirvió para malgastar dineros públicos y devolver
favores políticos.
A esto debemos sumarle la venta
de Isagén, las medidas privatizadoras en salud y educación, así como la
reducción de su presupuesto. Hay una carrera desenfrenada por privatizar y
vender el patrimonio público, como si la oligarquía colombiana supiera que en
el futuro no podrá hacerlo tan fácil, pues el panorama político cambiará
bastante con la llegada de la insurgencia a los escenarios de la política
colombiana.
Como si esto fuera poco en las
ciudades se está elevando espantosamente el costo de vida y la canasta
familiar. Los impuestos a vehículos han subido entre 50 y 80%, y los impuestos
prediales se están volviendo impagables también. Los servicios públicos están
por las nubes y la prestación del servicio es cada vez más deficiente; si en
Cali hace mucho sol se va el agua, y si llueve muy duro, también.
Aterrizar la paz quiere decir no
dejar que nos pinten pajaritos en el aire, o mejor, palomitas de la paz en el
aire, como la que usa de broche en su traje el presidente Santos y sus
ministros. Desde el gobierno nos venden la paz neoliberal, la paz donde crecerá
la “inversión extranjera”, donde “no se tocará la doctrina económica ni de las
fuerzas militares” una paz que no removerá las causas que generaron el mismo
conflicto.
Por eso como pueblo y como
movimiento político tenemos el deber de luchar por la verdadera paz, la paz con
justicia social, con salud, educación, trabajo y vivienda, la paz donde se
proteja el medio ambiente y se expulse a las multinacionales que tanto daño le
hacen al país. Una paz donde se rescate y fortalezcan las empresas del Estado y
sus ganancias no sean distribuidas entre mangualas de políticos corruptos.
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