2016/Marzo 16/Paro
Nacional/Marcha Patriótica/Valle del Cauca
UN PARO NACIONAL
POR LA
PAZ CON JUSTICIA SOCIAL
La jornada de
paro tiene su principal motor en la crisis social actual. Hablar de crisis es hablar de mercado, de desempleo; hablar de crisis es hablar de monopolio,
de privatización; hablar de crisis es
hablar del modelo económico. La crisis la
vemos en nuestra cotidianidad: al leer el precio de la gasolina, al
pagar el bus, la comida, al recibir un salario injusto si tienes la suerte de
tenerlo; al trabajar 14 horas diarias, la crisis la vemos siendo empleado de manejo y
confianza, desempleados, desocupados o “autogestionadores”. Lo crítico
es la condena a no tener seguridad
social garantizada, a morir en la puerta de los hospitales. Lo que nos brinda
el modelo económico es la crisis de la vida, la crisis social.
Nos unimos al
clamor popular, al llamado de la centrales obreras organizadas en el comando unitario
departamental, apoyada por los sectores democráticos, los partidos
de izquierda, las organizaciones sociales y el pueblo en general. Las motivaciones saltan a la vista, el
anuncio de la Reforma Tributaria lesiva para los sectores populares, la
arbitraria venta de ISAGEN, la escalonada liquidación del hospital
universitario del Valle, el escándalo de REFICAR, la liquidación de CAPRECOM y
de SALUDCOOP, los incumplimientos a los acuerdos suscritos con la Cumbre Agraria, El paramilitarismo, el asesinato, la
persecución y la judicialización de dirigentes populares y políticos. Llenan
nuestra lucha de vigor, nos marcan el
único camino posible, la respuesta valerosa de la organización y la movilización
del pueblo en la Calle.
Estamos
convencidos que los acuerdos logrados en la mesa de la Habana, aportan a
menguar la crisis social. En el primer punto parcial, por ejemplo, se acuerda el
acceso y usos de la tierra por parte de los campesinos, las políticas encaminadas a formalizar la propiedad y garantizar la cadena productiva con todo lo
que implica. La visión territorial reconoce la diversidad geográfica, cultural
y productiva de nuestro país, así como el fortalecimiento de las zonas de reserva
campesina. Las garantías de producción
campesina que aportan al fortalecimiento social, brindan bases para fortalecer la
economía solidaria, aportan a la
dignidad y estabilización laboral de nuestros campesinos y constituyen un paso
sustancial a la construcción de
soberanía alimentaria.
Hablar de
participación política, es hablar de garantías para politizar el país. Exigimos hablar en las tarimas sobre política popular. Gritar nuestras exigencias como hoy en este
paro sin riesgo a que nos asesinen. El
segundo acuerdo de la Habana rectifica herramientas no solo para la insurgencia
entrada en la legalidad, es para el grueso del movimiento popular que se ha
cuestionado siempre sobre las garantías políticas: necesitamos derechos a la
oposición y promoción de nuestra participación en todos los niveles de
gobierno, requerimos hablar y decidir con garantías de economía, cultura y deporte en los escenarios de
gobierno.
La relación del conflicto social y armado en los
territorios y la producción de las drogas ilícitas son complejas, sin embargo
el desplazamiento forzado es un fenómeno que ha engrosado las urbes, y
especialmente las zonas pobres donde hay mayor consumo y distribución. El acuerdo sobre
La solución al problema de drogas
ilícitas reconoce tres dimensiones que amplían la forma de abordar el flagelo; económica, cultural y de salud pública. La
sustitución de cultivos y la recuperación ambiental, la prevención del consumo
visto como un fenómeno de salud, la política encaminada a solucionar el
problema de la producción, con la
participación de las comunidades aportan sustancialmente a la dignidad del
campo, a la estabilización productiva, a la armonización de lo urbano-rural y a
la no criminalización de la condición juvenil.
La verdad
siempre será un propósito humano y social. Hallar las responsabilidades del
conflicto es un compromiso moral, el encuentro de los desaparecidos aporta en
fomentar la reconciliación. La jurisdicción especial para paz, nos dice que el dialogo
es la ruta, que los sectarismos y la condena a la repetición simbólica de la
violencia recuerdan que el olvido es imposible, pero extingue la posibilidad de
superación. para ello es urgente la jurisdicción
especial para la paz, la reparación integral de las víctimas, pero sobre
todo, de lo cual todos debemos asegurarnos
es de no permitir la repetición de la barbarie.
La tarea es buscar mecanismos para sensibilizar sobre
la necesidad de construir tejido social, de movilizarnos y organizarnos para
hacerle frente a la crisis Economica. Que los problemas que nos convocan hoy
solo encontraran solución si nos unimos para construir un nuevo país, para
generar propuestas populares, para ser poder.
Los puntos no se limitan a la Habana, hagamos que la agenda se extienda a todos los puntos que el
constituyente primario determine. Los aportes encaminados a la construcción de
democracia, aportan al fortalecimiento del movimiento popular; fortalecer la
paz, es fortalecer la oposición; fortalecer la unidad es avanzar en la construcción
de condiciones de vida digna para el pueblo Colombiano.
Así las cosas
este 17 de Marzo las organizaciones que confluimos en el Movimiento Político y
Social Marcha Patriótica capitulo Valle del Cauca, salimos a la Calle por: El
bienestar y el buen vivir, la priorización de la política social, el cumplimiento de los compromisos del Estado
con las organizaciones sociales frente a la carencia de la vida, salario justo,
en defensa del patrimonio público, en contra de la privatización de la salud y
la educación, empleo digno, la protección del medio ambiente y de los
territorios, la reducción de los precios de los combustibles y el congelamiento
del precio de los peajes, en contra de la regresiva propuesta de reforma tributaria,
en defensa de la tierra y los territorios para la producción campesina, por la
justicia social, por el derecho a la ciudad y a la vida.
Así mismo rechazamos
firmemente la violencia sistemática que se ha venido ejerciendo en contra del movimiento
social y popular, y exigimos al Gobierno Nacional tomar medidas que lleven a
enfrentar y acabar definitivamente con el paramilitarismo en Colombia. Para que
la paz con justicia social sea un hecho, deben existir garantías reales de no repetición,
por esto hacemos un llamado a los organismos internacionales encargados de
velar por el efectivo cumplimiento de los derechos humanos, a que investiguen y
penalicen al Estado colombiano por la impunidad de estos crímenes, la paz exige
el desmonte de la doctrina de seguridad nacional y el paramilitarismo.
¡Vamos todos al
paro!
¡Vamos todos a la Calle!
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