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Ante La Campaña De Desinformación De La Gobernación Del Valle Y La Alcaldía De Tuluá Exigimos Rectificación Pública.

CARTA ABIERTA A LA COMUNIDAD NACIONAL E INTERNACIONAL



Ante La Campaña De Desinformación De La Gobernación Del Valle Y La Alcaldía De Tuluá Exigimos Rectificación Pública. 
 
* Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca – ASTRACAVA 



La Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca, ASTRACAVA, la Coordinación Campesina del Valle del Cauca, integrantes de la Mesa de Interlocución y Acuerdo Agropecuario y Popular, MIA, organización que hizo parte de la convocatoria y proceso de construcción de la Cumbre Nacional Agraria, Étnica Campesina y Popular realizada en la ciudad de Bogotá los días 15, 16 y 17 de Marzo en la que participaron más de 50.000 campesinos, indígenas, afrocolombianos, estudiantes, obreros y sectores popular de toda la nación colombiana, manifiesta a la comunidad nacional e internacional, su completo rechazo a la campaña de desinformación y estigmatización que viene siendo impulsada por la Gobernación del Valle del Cauca y por la Alcaldía de Tuluá, contra las organizaciones legal y legítimamente constituidas.


El pasado 7 de Abril en reunión del Consejo Municipal de Desarrollo Rural, CMDR, del municipio de Tuluá, se presentaron serias irregularidades que violan el marco democrático que rige y caracteriza el espacio más importante de participación de las comunidades campesinas y rurales, como se puede demostrar en los siguientes hechos:

1. Como espacio asambleario, es deber de quien preside someter el orden del día a discusión de los delegados de acuerdo con la propuesta construida previamente en la comisión técnica; y los delegados tienen plenos derechos de modificarlo parcial o totalmente. No obstante el 7 de abril se impuso un orden del día diferente al construido por la comisión técnica el 3 de marzo, y se rechazó la propuesta de plantear el punto del pacto agrario en términos de su discusión y no de su contextualización, con el falso argumento de que para eso era el punto. 

Falso argumento, en la medida que en el desarrollo de la sesión del CMDR, los campesinos abrieron la discusión del pacto agrario luego de la “contextualización” expuesta por el delegado de la secretaria departamental de Agricultura, Sr.  James Ávila, proponiendo que se la suscripción del CMDR al Pacto Nacional Agrario, se sometiera a votación, antes de avanzar al punto del trabajo en mesas. El secretario municipal de agricultura  rechazó la propuesta, según él porque el orden del día ya se había aprobado. Recaba en falsedad, porque en efecto el siguiente punto era trabajar en mesas de acuerdo a los ejes del pacto para llenar los formatos enviados por el Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, MADR, lo que implicaba obviamente avalar el pacto agrario de facto sin mediar ninguna discusión.

Con este manejo corrupto y antidemocrático, queda claro que la intención de la alcaldía de Tuluá y de la Secretaria de Agricultura, era la ratificación del Pacto Nacional Agrario del Gobierno Nacional, a través del diligenciamiento de los formatos del Pacto por parte de los delegados campesinos al CMDR, ratificación subrepticia, sin discusión y a pupitrazo limpio, que implica instrumentalización del campesinado.

2. Producto de la negativa a discutir cualquier propuesta que se planteara por parte de las organizaciones y ante la actitud impositiva de la presidencia del CMDR, más de la mitad de los  delegados se retiraron del CMDR, dejando por sentado su rechazo al pacto y al manejo autoritario del CMDR.

Por si fuera poco, el señor secretario de servicios administrativos de la alcaldía, Dr. Divier Velásquez, criticó la actitud del campesinado, planteando que el rechazo al pacto agrario y la decisión de los campesinos de retirarse del CMDR era una idea impuesta por el equipo técnico de la Coordinación Campesina del Valle del Cauca, CCVC y la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca, ASTRACAVA.

3. Vale ratificar que las organizaciones que convergen en el Coordinador Nacional Agrario, CNA, en el Congreso de los Pueblos, en la Organización Regional Indígena del Valle del Cauca, ORIVAC, en la MIA Valle del Cauca y en la Marcha Patriótica, tanto en las cumbres preparatorias que se realizaron en distintos municipios del Valle del Cauca, en la cumbre Departamental, como también en la Gran Cumbre Nacional Agraria, Etnica, Campesina y Popular, ratificaron su negativa a participar del Pacto Nacional Agrario.

Así mismo, la negativa a suscribir el Pacto Nacional Agrario del Gobierno Nacional fue discutida en la Asamblea Departamental de delegados de la Asociación de Trabajadores Campesinos del Valle del Cauca, ASTRACAVA, donde se decidió mantenerse al margen de este Pacto y desarrollar los mandatos, conclusiones y el Pliego Unificado de la Cumbre Nacional Agraria, Étnica, Campesina y Popular.

Vale preguntarnos entonces ¿Qué instancia es la que impone su visión del mundo rural, de la problemática y de las propuestas de solución? ¿Aquéllos que son agenciados por el gobierno, en donde como podemos demostrar se coarta el derecho a la libre expresión, se reniega de la democracia y banalizan las decisiones legítimas de las organizaciones campesinas?, o ¿Aquéllas que siendo promovidas por los pueblos brindan todas las garantías para la participación, en espacios verdaderamente democráticos?

4. El Sr. James Ávila, delegado de la Secretaria de Agricultura y Pesca, SAP, de la Gobernación del Valle, quien realizó una presentación del Pacto Nacional Agrario, aseveró que éste era un proceso participativo resultado de los acuerdos con los campesinos luego del Paro Nacional Agrario del 2013; además, aseguro que voceros de la MIA que supuestamente fueron candidatos en las pasadas elecciones parlamentarias y salieron derrotados, ahora están buscando al gobierno para que los incluya en el pacto. Grave falta a la verdad, a la razón y a la historia de los pueblos, la que comete el Sr. James Ávila, de la SAP.

Primero porque EL PACTO NO ES UN PROCESO PARTICIPATIVO RESULTADO DE ACUERDOS CON EL MOVIMIENTO AGRARIO COLOMBIANO. Todo lo contrario, “El Pacto” es una política impuesta por el gobierno nacional y los gremios para reencauchar su fallida locomotora neoliberal agropecuaria. No puede decirse que el Pacto sea resultado de acuerdos, cuando con la MIA no ha existido acuerdo alguno, distinto al del cese de los bloqueos en las carreteras de Colombia como gesto de buena voluntad para el inicio de la negociación del pliego con el Gobierno, quien ha supeditado la suscripción al Pacto como la única posibilidad de acceso a los recursos para el agro.

Segundo, el Pacto fue elaborado a la medida de los empresarios del agro, ganaderos, terratenientes, agroindustriales de la palma, el banano, el azúcar, entre otros, de gremios como FEDEGAN y la SAC, que controlan el mercado, los subsidios, el crédito, la tierra, la infraestructura y el agua; no partiendo de las necesidades históricas de los pequeños y medianos productores agropecuarios, que se hicieron manifiestas en los pliegos del Paro Nacional Agrario.

Tercero porque la MIA no es una organización político-electoral, es una coordinación creada por las organizaciones campesinas para la negociación del pliego con el Gobierno Nacional. Como instancia de coordinación reivindicativa está impedida para participar en la contienda electoral. Pero fundamentalmente, no existió interés alguno por parte de la MIA y de las organizaciones campesinas, indígenas y populares que la integran en participar en las elecciones pasadas, por tanto ninguno de nuestros voceros ha salido derrotado de elección alguna.

Comentarios mal intencionados aquéllos expuestos por el Dr. Ávila, cuando manifiesta que los voceros de la MIA “están buscando al gobierno para que los incluya en el pacto”. Redunda en falsedad, porque desarrollando los principios democráticos, la MIA elevó consulta a nivel nacional y en los departamentos, sobre la pertinencia de suscribir “el Pacto”. Los resultados de dicha consulta se han hecho saber públicamente. Ningún departamento en los que se ha creado la instancia de coordinación MIA, como tampoco la MIA Nacional han suscrito el Pacto; en efecto los voceros departamentales y nacionales no han escatimado esfuerzos para criticar al Pacto Nacional Agrario, para dar a entender a las comunidades urbanas y rurales que el Pacto no solo no resuelve los problemas agrarios de la nación colombiana: sino que los agudiza. El Pacto, es un negocio diseñado en función de los intereses de los grandes productores agroindustriales, de los intereses de los terratenientes,  un modelo agrario neoliberal que acelera el establecimiento de los agronegocios en contravía de la economía campesina se ha dicho.

Cuarto, como lo plantea la Declaración Política de la Asamblea Departamental de ASTRACAVA, “el Pacto Nacional Agrario es una política impuesta, una jugada clásica de gobiernos autoritarios que tienden al fascismo que, no solo, no reconoce los derechos políticos, sociales, culturales, ambientales y económicos de las comunidades indígenas, afrocolombianas y campesinas, sino que además niega de facto los convenios internacionales firmados por el Estado Colombiano, como el Convenio 169 de la OIT”.

Le exigimos al Dr. Ávila de la SAP, al Dr. Velásquez de la alcaldía de Tuluá y a la Alcaldía Municipal a retomar la ley 160 de 1994 y los principios que esta emana en torno al funcionamiento del CMDR como un espacio de efectiva participación democrática de las comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas residentes en las zonas rurales, a cesar la persecución, estigmatización y señalamiento de las comunidades y sus organizaciones legal y legítimamente constituidas.

La Constitución Política de Colombia no solo nos permite organizarnos, sino también disentir de aquello que consideramos perjudicial para las comunidades y organizaciones que representamos. En espacios participativos y de verdadera democracia, a la luz de los hechos, a la luz de la historia, hemos decidido no vincularnos al Pacto Nacional Agrario, pues esta es una política regresiva, poco democrática, que no garantiza los derechos de campesinos, indígenas y afrocolombianos, que no reconoce la importancia de la economía campesina, que no tiene en cuenta nuestras propuestas.

Exigimos entonces garantías para que el campesinado Vallecaucano participe en los CMDR activa y propositivamente; no en calidad de convidados de piedra, pues el campesino, como cualquier ciudadano colombiano es sujeto de derechos.

Exigimos a la Gobernación del Valle del Cauca, a la SAP y al Dr. Ávila en calidad de delegado de esta instancia del gobierno departamental, a corregir públicamente lo manifestado en el CMDR de Tuluá del pasado 7 de Abril del presente año. Instamos a los entes de control para que impidan que este tipo de impases en los que se tergiversa la verdad no se vuelvan a presentar y a sancionar a los funcionarios públicos que incurran en ellas.

Finalmente, la Coordinación Campesina del Valle del Cauca y ASTRACAVA reiteran el llamado a la Secretaría de Agricultura y Pesca de la Gobernación del Valle al respecto de crear un espacio de interlocución con el movimiento agrario vallecaucano, que permita intercambiar propuestas a través de medios respetuosos y formales, que no den pie a la grotesca difamación y sobre todo para que permitan encontrar los medios para construir una política pública departamental incluyente, democrática y participativa.
 
Junta Directiva Departamental. ASTRACAVA.

Palmira, Valle del Cauca. Abril 11 de 2014

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