Bolívar y la Comunicación.
A un día más de conmemorarse el Día del Periodista en Colombia, a un día más de recordar a los cientos de comunicadores que han sido acallados…
Hace muchos años
inició la Revolución Bolivariana, y con ésta el mismo Libertador trajo la idea
de una comunicación social coincidente, que permitiera alcanzar la libertad a través del
pensamiento y de la acción, que no olvidará la cultura, que al contrario de
cualquier medio masivo y oficial de hoy en día, engrandeciera la conciencia de
los hombres libres de América, de la Patria Grande.
Desde esos tiempos,
Bolívar ya era consciente que los medios de comunicación eran instrumentos de poder y dominación, por
lo cual el periodismo debía ser de origen popular, integral e incluyente, donde la imprenta fuera
la artillería del pensamiento, una herramienta más para alcanzar la
independencia, ahora, la Segunda y Definitiva Independencia.
Haciendo memoria, en
1817 nace el primer periódico de Venezuela que comunicaba los sueños de
libertad, el Correo del Orinoco,
órgano difusor de revolución, de pensamiento universal y filosofía bolivariana.
Este periódico contó con 133 ediciones, 128 de ellas enumeradas y 5
extraordinarias, según cita la historia. La última edición circuló el 23 de
marzo de 1822, nueve meses luego de la batalla de Carabobo. ¿Su equipo
editorial?... soñadores, revolucionarios, defensores y promotores de la causa
patriota, algunos de ellos… Francisco Zea, Juan Germán Roscio, José Luis Ramos
y Manuel Palacio Fajardo, como jefes de redacción y entre sus redactores,
articulistas y colaboradores, Simón Bolívar, Carlos Soublette, Cristóbal
Mendoza, José Rafael Revenga, Gaspar Marcano, Fernando Peñalver, Diego Bautista
Urbaneja, Francisco Javier Yánez, José María Salazar, Juan Martínez Guillermo White, Pedro Briceño Méndez y
Rafael Urdaneta. Un equipo que buscaba una escritura clara, educativa,
formadora y luchadora, que contrainformara, porque esa fue una de las luchas en
las que se enfrentó a la Gaceta de Caracas, que se empeñaba en desvirtuar la
lucha, es decir, como lo
hacen en la actualidad El Espectador, El Tiempo, El País y otra serie de
diarios y boletines informativos que aunque con diferente nombre, son de las
mismas casas editoriales propiedades de quienes mal-gobiernan.
El Libertador
recalcaba la necesidad de comunicar con honradez y dignidad, esta última de la
cual carecen algunos que trabajan para esos medios de comunicación
desinformativos nor-dependendientes,
quienes por cualquier cosa venden su conciencia y no tienen escrúpulos en escribir para matar,
ideas, sueños y hasta personas; que no paran de alienar al pueblo, que no se
cansan de enceguecerlo y venderles la ‘libertad’ capitalista… la de escoger qué marca comprar.
Sobran las universidades donde día a día salen cientos
de periodistas, de comunicadores no-sociales, pero aun así salen algunos que
ponen a disposición del pueblo, de las mayorías, su conocimiento para relatar
la verdad, la lucha y la resistencia, y están también aquellos que sin hacer parte de
una escuela de comunicación, desde sus ideas, sus manos, sus letras, día a día
hacen parte de un periodismo popular, alternativo y dignificante, a estos dos
últimos… Feliz día, y que las letras de lucha broten de sus teclados, de sus
agendas, de sus lentes, de sus concepciones, porque juntos marcharemos por el
camino de la verdad, la dignidad, la soberanía y la paz con justicia social.
Laura Alba Santa
Comisión Departamental
de Comunicaciones
Marcha Patriótica
Valle del Cauca
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