2013/Septiembre 17 /Mesa de Interlocución y Acuerdo Agrario y Popular –Valle del Cauca-
El Paro Nacional Agrario que logró unificar cientos
de miles de campesinos, indígenas y afrocolombianos en por lo menos 17
departamentos del país es, por así decirlo, el inicio de la “primavera colombiana”, una muestra
fehaciente de la capacidad que tienen los movimientos populares de cambiar las
estructuras de poder, cuando éstas anquilosadas se vuelven perjudiciales para al
pueblo, como ha ocurrido en Colombia en estos doscientos años de vida
republicana.
Pese al desconocimiento intencional del Gobierno
Nacional dado a la MIA, a la falta de voluntad política y al trato criminal del
Ejército, el ESMAD y la Policía al Paro Nacional Agrario, que conllevó a la
militarización de campos y ciudades, la entrega del poder civil a las
autoridades militares, la violación a los Derechos Humanos y el Derecho
Internacional Humanitario, a la tortura, al pillaje, al uso indiscriminado de
armas convencionales y no convencionales que dejan en el panorama el asesinato
de 12 personas, la desaparición de 4 personas, 485 personas heridas, entre
otros hechos trágicos, situaciones que deben ser investigadas y penalizadas
tanto por la Corte Interamericana de Derechos Humanos, CIDH, como de la Corte
Penal Internacional, aun bajo el contexto del terror impuesto por el gobierno y
que exacerbó después de la alocución presidencial del 29 de Agosto, es claro
para todos los sectores populares que el Paro Nacional Agrario es un éxito para
las organizaciones populares del campo y la ciudad, por las siguientes razones:
1. La resistencia nacional de 25 días de los procesos
organizativos articuladas a la MIA bajo un mismo pliego nacional de exigencias
de 6 puntos que conjuga reivindicaciones políticas, económicas, sociales y
ambientales. Reivindicaciones históricas del movimiento agrario colombiano, que
pueden entenderse como un Pliego Mínimo. Si bien se tiene como antecedentes la
movilización de la Mesa Amplia Nacional Estudiantil, MANE, en 2011, el Paro en
el Catatumbo en 2013, así como la serie de paros realizados en la vía
panamericana en el Sur Occidente Colombiano desde 2002, es la primera vez en 36
años que las comunidades agrarias logran unificarse bajo un solo movimiento,
bajo un solo pliego, para resistir, movilizarse y lograr una amplia base de
solidaridad tanto con las organizaciones sindicales de obreros, estudiantiles y
populares en general, sino también de personas del común que entendieron las
razones del paro y se solidarizaron con él
2. La criminalidad, la brutalidad y el uso abusivo
de la fuerza contra los manifestantes en hechos deplorables cometidos por el
ejército y la policía nacional quienes, partiendo del postulado del blanco
legítimo del recientemente aprobado Fuero Militar, cometieron horribles
crímenes y asesinatos, como se ha demostrado en las redes sociales y en las
denuncias públicas de las organizaciones y de los organismos nacionales e
internacionales encargados de velar por la protección de los derechos humanos.
Al respecto de estos hechos, tanto el gobierno
nacional como los medios masivos de comunicación, restaron importancia, no
fueron publicados y/o se desinformó sobre las violaciones a los derechos
humanos contra inermes campesinos, indígenas y afrocolombianos que respondían
con palos y piedras a las balas, los morteros, las granadas, las recalzadas, y
demás artefactos convencionales y no convencionales de la fuerza pública.
Estas acciones criminales fueron oportuna y
debidamente comunicadas y denunciadas, lo que causó aun mayor solidaridad por
parte del pueblo colombiano, que no solo cuestionó el accionar del gobierno
sino de los medios de comunicación, luego el pueblo de a pie, quienes se han
visto perjudicados por las políticas agrarias lesivas a los intereses de los
colombianos, generaron acciones en las ciudades y poblados en favor del Paro
Nacional Agrario; sendas manifestaciones en todas las capitales del país lo
demuestran.
3. El estado de conmoción interior no declarado que
se vivió en todas las regiones del país que se encontraban en paro desde el 19
de Agosto, así como el errático manejo por parte del gobierno nacional quien
incluso llegó a la desfachatez de denegar la existencia del paro, de acusar a
los manifestantes de insurgentes, de encarcelar a los dirigentes y de pretender
pagar recompensas por la captura de los promotores del paro (como sucedió en
Boyacá), son las causas principales en la abrupta caída en la aceptación que
tiene el presidente Santos, rezagado a un pírrico 21% de popularidad, por su
propia mano se condena a ser el presidente con menor aceptación política en la
historia. Si bien Santos pretendía ser el López Pumarejo del siglo XXI, será
recordado más bien como el sucesor de Miguel Abadía Méndez, el causante de la
masacre de las bananeras.
4. El Pacto Nacional Agrario, impulsado por el
presidente Santos inició siendo y será un completo fracaso en lo que respecta a
la solución de los problemas de los productores pobres, puesto que es una
continuidad del modelo trazado por Uribe en el caso Carimagua. Basta señalar
que los pocos verdaderos dirigentes campesinos asistentes, plantearon en el lanzamiento
del “Pacto” que “habían muchas corbatas y
pocas ruanas”, lo que demuestra la bajísima capacidad de convocatoria que
tiene Santos en el movimiento agrario; sobre todo demuestra el risible compromiso
del gobierno para con los más necesitados. Es claro que el gobierno nacional ha
estado sumamente interesado en fortalecer los agronegocios, la agroexportación
de materias primas y las alianzas estratégicas que conducirán a legalizar
inmensas cantidades de tierras usurpadas a campesinos y colonos, en por lo
menos las últimas dos décadas por parte de fuerzas paramilitares que en una gran
cantidad de ocasiones actuaron conjuntamente con las fuerzas de policía y
ejército, aupadas por políticos corruptos, agentes del sistema de notariado y
registro, funcionarios de entidades públicas, mafiosos y terratenientes; poco
ha hecho el gobierno para develar y sancionar las situaciones irregulares, en
cambio se ha opuesto tajantemente a que se conozca la verdad, se clarifiquen
los hechos y se devuelva el territorio birlado a sus legítimos propietarios.
5. El pueblo colombiano ha comenzado a despertar, a
organizarse y levantarse de la oscura noche a la que le han sometido los
distintos gobiernos, de norte a sur y de oriente a occidente, durante 25 días,
de manera esporádica las ciudades se llenaron de personas que con una cacerola
vapuleaban contra los TLC´s firmados, contra la resolución 970 que impide la
siembra de semillas nativas y criollas, contra el acaparamiento de tierras,
contra la concentración de los subsidios que favorecen a grandes capitales y
que debieron ser para los campesinos, contra la extranjerización de la tierra,
contra la megaminería que acarreará miserias generalizadas, contaminación y
desabastecimiento y en general contra un modelo que aumentará la injusticia
social.
6. Santos sabe que hubo graves excesos de la fuerza
pública para contener el Paro Nacional Agrario y que éstos ocasionarán
irreductiblemente sanciones en las cortes internacionales encargadas de velar
por el respeto de los derechos humanos. La caída en la imagen y en la
favorabilidad, producto del trato militar a la protesta social, la presión de
los bloqueos en las carreteras que dificultaron el comercio, la de los gremios
por la estabilización en el mercadeo de los productos, de los millones de
colombianos que aumentan sus niveles de inconformidad y se solidarizan a diario
con la MIA, las declaraciones de paro nacional del magisterio y de los
estudiantes de las Universidades, condujeron a que el gobierno nacional
decidiera delegar al vicepresidente Angelino Garzón para la creación de la mesa
de negociación con la MIA y se firmara un acta de compromisos, el pasado 8 de
Septiembre en Popayán, temeroso de que el paro agrario evolucione en paro
cívico nacional y se agudicen las contradicciones que florecen en todos los
sectores sociales.
7. El movimiento agrario viene en ascenso y con
pretensión de avanzar en la unidad acción, como lo demuestra la Gran Cumbre
Agraria, Campesina y Popular, realizada en la ciudad de Bogotá el pasado 12 de
Septiembre, paralelamente al lanzamiento del pacto nacional agrario. El primero
integró a dirigentes y delegados de las organizaciones nacionales y
departamentales más representativas, el segundo contó con los delegados del
gobierno nacional y los gobernadores de varios departamentos, pero principal y
mayoritariamente contó con los más poderosos gremios que son en principio y en
fin quienes definen la política agraria, brillaron por su participación
organizaciones como FEDEPALMA, AUGURA, ASOCAÑA, Federación de Cafeteros y la
SAC, entre otras, quienes se han opuesto a través de la historia al más mínimo
vestigio de democratización de la política agraria colombiana.
8. A la fecha, mantienen en el país Paro varios
capítulos departamentales de la MIA se mantienen en Paro, en asambleas
permanente y en movilización, a la espera que el gobierno nombre la comisión de
alto nivel, se definan las fechas y lugares para la negociación del Pliego
Nacional de Exigencias, que fue radicado en Bogotá D.C. el pasado 8 de Agosto
de 2013. Se espera que exista voluntad política por parte del gobierno nacional
para avanzar en la solución de los puntos del pliego, reclamos justos del
movimiento agrario colombiano ante el desconocimiento histórico de los derechos
económicos, políticos, sociales, culturales y ambientales de las comunidades y
como una muestra real de que el gobierno está encaminándose a solucionar el
conflicto social y armado nacional que tiene origen en las profundas
desigualdades del campo. Una verdadera voluntad política para construir la
anhelada paz con justicia social.
Desde la MIA Valle del Cauca, reiteramos el llamado
a la Gobernación del Valle del Cauca, a la honorable Asamblea Departamental de
Diputados y a las secretarías del despacho de la Gobernación, a iniciar el
proceso departamental de interlocución, atendiendo uno de los puntos del Acta
de compromisos firmada por el vicepresidente de la República, Doctor Angelino
Garzón.
Exhortamos a la ciudadanía vallecaucana y
particularmente a los campesinos, indígenas y afrocolombianos, a los
productores de todos los municipios del Valle del Cauca, a fortalecer los
procesos de unidad agraria, campesina y popular, como el único y mejor
escenario posible conducente a solucionar los problemas del agro.
También expresamos nuestros sinceros agradecemos a
la ciudadanía y a las organizaciones estudiantiles, obreras, comunales,
campesinas e indígenas, a los habitantes de los barrios de los municipios de
Tuluá, San Pedro, Pradera, Palmira y Santiago de Cali, por la solidaridad que
emanó para con los campesinos, indígenas y afrocolombianos que participamos en
el Paro Nacional Agropecuario de 25 días iniciado el 19 de Agosto.
La MIA Valle del Cauca se declara en Asamblea
Permanente hasta que la negociación con el gobierno nacional llegue a buen término
Viva
el Paro Nacional Agropecuario
Viva
la Mesa de Interlocución y Acuerdo Agropecuario y Popular -MIA- Valle del Cauca
Viva
la resistencia de las comunidades campesinas, indígenas y afrocolombianas
Solamente hay que decir que le deseamos que continúe el desarrollo del movimiento con fuerza, moral revolucionaria y consciencia.
ResponderEliminar