2013/ Agosto 09/ Capítulo Marcha Patriótica Valle del Cauca/
En un país donde la violencia es una realidad
cotidiana, donde soñar es un pecado y pensar
diferente está prohibido, existen hombres y mujeres que no le temen a los sueños,
que no se amedrentan con las balas, que no acallan sus voces y luchan
cada día por la paz.
Todos y todas, quienes tuvimos en algún momento el
privilegio de compartir con “Pacho”, como cariñosamente se distinguió al
profesor Francisco Javier Ocampo Cepeda, quien más que docente fue un educador,
un amigo y compañero; vivimos hoy junto
a su familia, la tristeza, el dolor y la rabia incontenibles que genera el
arrebatamiento violento de un ser tan profundamente apreciado, íntegro y
ejemplo de vida.
Egresado de la Universidad del Valle como
licenciado en ciencias sociales, magister en sociología, un investigador social
por excelencia, educador popular, con una hoja de vida intachable, no dudó ni
un minuto, en poner todo su conocimiento y toda su actividad intelectual al servicio de las necesidades de la comunidad
caleña, especialmente para los y las jóvenes y adolescentes, como lo fueron los
estudiantes de los colegios Santa Librada, Antonio José Camacho, Alfredo
Vásquez Cobo y muchas otras instituciones educativas, quienes por medio de
proyectos como CALIBRA, lograron cambiar su realidad violenta. Estos y estas
jóvenes que se veían envueltos (as) en un conflicto realmente violento, y
aparentemente interminable, lograron cambiar sus frases de odio por frases como
“Pacho nos enseñó a pensar, nos enseñó a hablar. Nos mostró el absoluto absurdo
de esa violencia”.
Indiscutiblemente el profesor Francisco Ocampo fue
un hombre que luchó por una educación para la vida, una educación más digna y
humana. Luchó por generar espacios de diálogo y resolución de conflictos y
protegió y enseñó la defensa de los derechos humanos desde las aulas de clase,
los barrios e instituciones de la ciudad. Resulta contradictorio que el
profesor Francisco, que con su vida demostró ser un hombre de paz, haya
culminado su vida con un capítulo manchado de violencia urbana institucionalizada.
Ante lo sucedido, desde el Movimiento Político y
social expresamos nuestra voz de
solidaridad con la familia del Profesor Francisco Javier Ocampo Cepeda, no solo
desde las palabras, sino desde la convicción de que su vida seguirá siendo
ejemplo de vida y que su memoria jamás se extinguirá. Nos unimos a todas las
voces de indignación y protesta desde las diferentes comunidades,
organizaciones sociales e instituciones como la arquidiócesis de Cali que ha
manifestado: " las autoridades
tienen esta vez un compromiso muy serio con la conciencia pública, con el dolor
y la tragedia de unas familias y de grandes comunidades educativas en las que
el difunto docente estuvo como hombre de bien y de valor humano, como defensor
de la verdad y del derecho, como educador de niños, adolescentes y
jóvenes".
Exigimos a la procuraduría, a la personería, a la defensoría del Pueblo,
a la Fiscalía y a todas las instancias correspondientes, desarrollar el debido
proceso frente a las investigaciones, esclareciendo y haciendo justicia con lo
sucedido contra el Profesor Francisco J. Ocampo.
Invitamos a toda la sociedad caleña a velar porque
el caso del profe “Pacho” no sea un caso más en la impunidad, a conservar la
memoria de un hombre de paz que luchó por la vida hasta su muerte, a trasladar
sus ideas y enseñanzas al campo de acción, a trabajar todos juntos como él lo
soñó, en el fortalecimiento de un gran movimiento social pluralista por la paz!
¡Profe Pacho: tu ejemplo de lucha por la
paz seguirá vivo y en Marcha!
Marcha Patriótica Valle del Cauca - Junta
Patriótica Departamental
Hacia la Segunda y
Definitiva Independencia
marchapatriotica.org –
marchapatrioticaenelvalle.blogspot.com
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