BREVE
ANÁLISIS DE LOS RESULTADOS ELECTORALES DEL PASADO DOMINGO 25 DE OCTUBRE.
Camilo Ernesto López Meneses
Comisión Electoral Departamental – Marcha
Patriótica.
Valle del Cauca
Es evidente que los resultados electorales del
pasado domingo 25 de Octubre dejan mucho que desear a los sectores democráticos
y de izquierda y entre ellos a la Marcha Patriótica. Tanto en el panorama
nacional como regional, los partidos de derecha que gobiernan el país, no sólo
se mantienen en el poder de los ejecutivos y legislativos en departamentos y
municipios, sino además, mientras que los sectores democráticos y de izquierda
retroceden, la derecha avanza con pasos de animal grande, como puede
demostrarse con el ascenso en el nivel nacional de Cambio Radical, el Partido
de la U y el Partido Liberal, siendo la elección de Enrique Peñalosa uno de los
elementos centrales en la estrategia creada desde el alto gobierno, gremios,
instituciones y medios para aislar a la izquierda y fomentar el poder de la
derecha de cara a un acuerdo definitivo de los procesos de Diálogo, tanto del
que se iniciará con el ELN como el bastante avanzado con las FARC – EP.
El presente análisis sucinto, pretende aportar en
la discusión mediante la generación de algunos elementos que podrían ser tenidos
en cuenta, en el diagnóstico de la situación y en la formulación de propuestas
para avanzar; aunque este análisis recoge elementos del contexto nacional,
particulariza la situación del Valle del Cauca.
I. LOS RESULTADOS ELECTORALES NO
REDEFINEN EL PANORAMA POLÍTICO DEPARTAMENTAL.
Como se ha reiterado, los partidos del bloque de
gobierno Liberal, la U, ASI y Cambio Radical que convergen en la denominada
Unidad Nacional, fueron los principales beneficiados de la contienda electoral en
el Valle del Cauca, toda vez que obtuvieron la Gobernación y la elección de 25
de las 42 alcaldías. En efecto el Partido de la U, logró 13 de las 42
alcaldías, el Liberal 6, AICO 4, ASI 3 y Cambio Radical 1 ; por su parte el
Partido Conservador obtuvo 7 alcaldías, MAIS 2 y el Centro Democrático una, las
otras 5 alcaldías fueron obtenidas por coaliciones entre Liberales - Cambio
Radical - U, Liberal – U, ASI – Centro Democrático y candidaturas aparentemente
independientes pero con el respaldo de maquinarias políticas, como es el caso
de Maurice Armitage alcalde electo de Santiago de Cali, apoyado por las castas
empresariales caleñas, el Partido Conservador, el Centro Democrático entre
otros partidos.
Aunque la abstención electoral en el departamento disminuyó
levemente en las actuales elecciones (de 49,1% del total de sufragantes en 2011
a 48,71% en 2015, disminuyendo en 1,19%), 508.006 personas votaron por la
candidata Dilian Francisca Toro, quien fue electa como gobernadora por el 29,4%
de los vallecaucanos aptos para participar en los comicios electorales. La
alianza realizada por el Partido Conservador y el Centro Democrático, conllevó
a que Christhian Garcés lograra 355.321 votos. La Alianza Verde alcanzó 120.234
votos y el candidato de la Alianza PDA – UP, 60.617 votos. Por otra parte, los
votos en blanco (268.977), nulos (68.936) y no marcados (194.409) sumaron 532.322
votos, 24.316 más que la candidata electa como gobernadora, que representan el
30,81% del total de sufragantes, en una tendencia creciente por cuanto en las
elecciones de 2011 constituyeron 354.705 votos, el 22,5%.
La Asamblea Departamental de Diputados del Valle quedó
conformada así: la U con 5 curules, Liberales 4 curules, Conservadores 4
curules. Cambio Radical, Alianza Verde y Centro Democrático con 2 curules cada
uno y el PDA y Mira con una curul cada uno.
Los sectores democráticos y de izquierda son quizás
los que salen peor librados de estas elecciones, en tanto que, primero, aunque
el candidato a la gobernación del PDA logró cerca de 27.000 votos más que en
2011 (que representan un 63,4% más), esta votación aún sigue siendo lejana como
para pensar en una gobernación de izquierdas, como son insuficientes los 6.887
votos de la UP (2.000 más que los obtenidos para las elecciones de Cámara de
Representantes de 2014), para pelear una curul en la asamblea de diputados; segundo,
por la disminución del caudal electoral del PDA en su candidatura a la Asamblea
Departamental en una magnitud de 26.662 votos (con respecto a los obtenidos en
los comicios de octubre de 2011), manteniéndose con un diputado, Rolando
Caicedo, quien fue cuestionado en el pasado inmediato por su voto a favor de
las medidas del gobierno departamental de afrontar la crisis de la salud a
través de la liquidación de hospitales y centros de salud; tercero, por la dispersión
de las fuerzas democráticas y de izquierda para afrontar la candidatura a la
alcaldía de Cali, ya que el PDA se presentó con Wilson Arias (quien obtuvo
17735 votos) y el MAIS – UP con María Isabel Urrutia (con 6.476 votos), lo que
indujo a que éstas fuerzas perdieran sumadas 63.923 votos con respecto a las
elecciones de 2011, lo que representa 72,53% menos y cuarto, por la
imposibilidad de traducir las aspiraciones populares en la conquista de ninguna
alcaldía en el departamento.
La magnitud de los votos nulos, no marcados y en
blanco, en el sistema electoral colombiano y en el Valle del Cauca, indican la
existencia de sistematicidad para no votar por ningún partido, derivada de la inconformidad
de profundas dimensiones en el electorado, la ilegitimidad del sistema
electoral, la crisis de los partidos políticos corroídos por la corrupción, el
clientelismo y la inmoralidad, como también por la incredulidad y desesperanza que
representa para la mayorías la participación en un proceso electoral
profundamente antidemocrático, que no garantiza el cumplimiento efectivo del
derecho a elegir y ser elegido.
Desde este punto de vista, aunque la gobernación
cambie de partido (Partido Conservador por el Partido de la U), el bloque de
poder dominante se mantiene, situación que se demuestra como quiera que buena
parte del empresariado y de la maquinaria política que posibilitó la elección
de Ubeimar Delgado como gobernador en las elecciones atípicas de 2012, hicieron
lo propio con Dilian Francisca el pasado 25 de octubre. Pero más allá de las
personas y los partidos, se perpetúan los planes del gobierno nacional de
continuar la privatización, la reprimarización de la economía y el acondicionamiento
del departamento a los requerimientos del gran capital en el contexto de la Alianza
del pacífico que presupone a Buenaventura como enclave de servicios
portuarios y la infraestructura vial del Valle del Cauca como red multimodal de
flujo unidireccional de capital hacia el exterior, siendo Cali, la ciudad en donde
convergerán una porción de los negocios y del capital de la alianza.
II. FACTORES
OBJETIVOS Y SUBJETIVOS FAVORABLES PARA EL MANTENIMIENTO DEL BLOQUE DE DERECHAS
EN EL PODER
1. FACTORES
OBJETIVOS
- La estructura de representación bipartidista que como
lo señala Reinaldo Spitaletta se mantiene desde finales del siglo XIX, y que
fuese perfeccionada durante el Frente Nacional[i],
ha logrado controlar poblaciones como feudos electorales. Con el paso del
tiempo los partidos Conservador y Liberal, han venido “diluyendo sus
diferencias ideológicas”[ii],
por el pragmatismo electoral propiamente dicho, gestando alianzas que en el
pasado habrían sido considerado inverosímiles como la de Ubeimar Delgado en las
elecciones atípicas de 2012 (a la gobernación del Valle), el apoyo a Dilian
Francisca Toro a la Gobernación que contó con el firme respaldo de gamonales
políticos de distintas tendencias, excepto naturalmente de la crema y nata de
la burguesía conservadora vallecaucana que candidatizó a Christhian Garcés con
el respaldo del Centro Democrático.
El respaldo poco decidido del liberalismo a su
candidato a la gobernación, Oscar Gamboa; la alianza de los conservadores en el
poder de la alcaldía de Cali con Maurice Armitage, que logró adherir al Centro
Democrático y dirigentes de distintos partidos que abandonaron a Angelino
Garzón cuando su campaña se venía abajo, son solo algunos de los casos del
proceso de dilución de las diferencias ideológicas.
Esta tesis se demuestra además porque, excepto el
PDA, la UP (cuya personería jurídica data de 1984) y las tendencias democrático
– progresistas de la Alianza Verde, los partidos emergentes de la reforma
política derivada del Acto Legislativo 01 de 2003, han sido controlados por las
casas políticas de la plutocracia colombiana que hicieron pactos con la mafia y
el paramilitarismo en todas las regiones del país para detentar el poder,
situación que no solo no ha sido investigada a profundidad por las
instituciones, ni difundida por los medios y mucho menos aclarada por sus
dirigentes. Los cuatro partidos que sobrevivieron a la hecatombe de la
parapolítica y que han sido contaminados sistemáticamente por el fenómeno del
paramilitarismo son Cambio Radical fundado por el hoy vicepresidente Germán
Vargas Lleras, Opción Ciudadana (nuevo nombre del antiguo PIN que a su vez
resultó de la mutación del MIO y éste de Convergencia Ciudadana), el Partido de
la U y el Centro Democrático; no obstante, políticos y dirigentes de los
partidos Liberal y Conservador también han sido investigados por vínculos con
la mafia y el paramilitarismo.
Por otra parte, una de las pocas diferencias evidentes
entre los viejos y nuevos partidos proviene del respaldo al proceso de paz con
los grupos insurgentes; como se sabe, el Centro Democrático ha expresado en
reiteradas oportunidades su desacuerdo con la salida política y dialogada del
conflicto social y armado. Por lo demás, en términos de política económica,
agenda interna, burocracia institucional, relaciones internacionales, las
diferencias de las tendencias mayoritarias al interior de los partidos son
menores y obedecen a razones más circunstanciales que de fondo.
- El sistema electoral colombiano diseñado en
función del mantenimiento del statu quo y los privilegios de clase de
industriales, banqueros, grandes comerciantes, terratenientes y de las
estructuras políticas descritas que han mal gobernado la nación, primero ha
impedido el ejercicio del derecho universal de elegir y ser elegido, y segundo,
ha negado a los partidos minoritarios alcanzar los cargos de representación
popular. Lo primero por cuenta de los innumerables requisitos incluso de
capital y/o bienes inmuebles para la postulación de candidaturas independientes
de los partidos que cuentan con personería jurídica lo cual puede considerarse
con certeza como una característica regresiva y anquilosada a las formas
jurídicas del siglo XIX. Lo segundo, producto de la aritmética electoral
contemplada en el Acto Legislativo 001 de 2003, que deriva en una distribución
inequitativa e injusta de las curules a otorgar, como lo sucedido con la UP en
las elecciones al Concejo de Bogotá D.C., que con más de 35.000 votos no
obtendrá una curul, mientras si lo hicieron candidatos de los partidos de
gobierno aunque individualmente obtuvieron una votación mucho inferior.
El sistema electoral es entonces un modelo
fundamentado en un principio de justicia redistributiva a la inversa, como
quiera que, paralelamente a las enormes dificultades económicas, publicitarias
y de seguridad de los partidos minoritarios para posibilitar su participación
en el proceso electoral, exige umbrales para otorgar curules, personerías
jurídicas y reposición de gastos; castigando a los partidos y movimientos que
no alcancen los mínimos establecidos en la ley. De este modo, se privilegia el
otorgamiento de curules a los partidos mayoritarios con fuerte musculo
financiero, generalmente aliados del gran capital, de los políticos corruptos
y/o de la mafia, quienes surten los trámites respectivos sin mayores
inconvenientes.
- No obstante todos los partidos están sometidos a
umbrales y topes mínimos de respaldo popular como medio para acceder a la
compensación de gastos de las campañas electorales por parte del Estado, las
dificultades son mayores para los partidos minoritarios, dado que, las
entidades electorales demoran deliberadamente la ejecución de los adelantos de
los recursos que estos partidos necesitan para la campaña electoral, un ejemplo
de esto, fue la demora en la adjudicación de los recursos para la UP en la
campaña al Congreso de la República de 2014 . Por su parte, los partidos del
bloque de poder sufragan los gastos de campaña sin contratiempos, no solo por
la efectividad de las entidades electorales, sino (y principalmente) por el
histórico clientelismo que se constituye en un elemento de coacción del “voto
libre”, el uso de recursos públicos, los contratos, los aportes privados, el
apoyo influente, antidemocrático y desequilibrador de los medios de
comunicación, la inexistencia de controles reales sobre los gastos en campaña, son
todos ellos factores que condicionan la inequidad entre los partidos políticos
en contienda, inequidad como base del sistema pseudo - democrático de la
nación.
Estas desavenencias del sistema electoral
colombiano contra la democracia real, de las instituciones que no tienen la
intención de controlar efectivamente ni eficientemente los montos de las
campañas de los distintos partidos políticos, promueven que aquéllos que están
permeados (o inundados) de mafia, corrupción, clientelismo, como de aquéllos
que son objeto de inversión de los grupos económicos y de las familias más adineradas
y poderosas de la nación, se constituyan en verdaderos mercados/clusters de
negocios electorales que compran y venden votos. Las rifas de electrodomésticos
de bajo y alto costo, los paseos, la contratación de reconocidas agrupaciones
musicales, la francachela plena con trago y comida en los eventos de campaña, las
promesas de puestos burocráticos y contratos para amigos y familiares, como la
compra de votos en plata blanca, son parte de las distintas modalidades de
comprar votos y conciencias, hacen parte de los desequilibrios históricos del
sistema electoral colombiano.
- El monopolio del control en los medios de
comunicación propiedad de los gremios económicos y políticos más poderosos del
país, genera simultáneamente tres fenómenos: uno, campañas negras hacia los
candidatos alternativos con posibilidades de ocupar cargos de elección popular;
dos, cercos mediáticos hacia los partidos democráticos y de izquierda que les
impiden generar opinión pública y controvertir los señalamientosy; tres,
respaldo sistemático e irrestricto a los candidatos del bloque de poder. Esto
provoca que se demonizan las propuestas y acciones de las candidaturas alternativas
y se omite información de los errores, líos judiciales, actos de corrupción de
los partidos de derecha. Los medios masivos de comunicación desde este punto de
vista, mienten, desinforman y manipulan cínica y reiteradamente desde el
momento después de conocerse los resultados de una elección, de hecho en
Bogotá, se hizo evidente la campaña de todos los medios de comunicación contra
la administración de Gustavo Petro, que lo hizo culpable ante la opinión
pública hasta de los asuntos más triviales de la sociedad bogotana. Aunque esta
estratagema estuvo diseñada principalmente para Bogotá, la repercusión en
enlodar el buen nombre de la izquierda es de carácter nacional.
- Fraude electoral en los periodos de escrutinio,
tanto en las mesas de votación como en los puntos centrales de reconteo,
montajes de registradurías paralelas, funcionarios corruptos[iii] y software intervenido para privilegiar
candidaturas, como sucedió en la primera elección del expresidente Alvaro Uribe
Vélez[iv].
- Estructura y conformación del Consejo Nacional
Electoral (CNE) y de la Registraduría Nacional del Estado Civil (RNEC); los magistrados
de los espacios electorales son nombrados por el Congreso de la Republica, que
a su vez han sido electos mediante formas fraudulentas y antidemocráticas; esto
genera un círculo vicioso y de impunidad, de “yo te elijo, tu me
absuelves”. En tanto las mayorías en el
Congreso pertenecen a los partidos del bloque de poder dominante, la estructura
y conformación tanto del CNE como de la RNEC variarán en proporción directa a
la forma en que se constituya el Congreso de la República, en el cual como es
consabido, priman los sectores afines a la maquinaria del santismo y la
ultraderecha representada en el Centro Democrático.
La desvencijada democracia colombiana y el bloque
de poder hegemónico, naturalmente, han planificado mantenerse en el poder, lo
cual deviene en la inexistencia de condiciones óptimas para la participación
electoral a los sectores democráticos y de izquierda; no obstante, sería
absurdo que el bloque de poder que se ha enriquecido -y lo seguirá haciendo a futuro- a costa del saqueo de los
recursos institucionales, naturales y financieros de la nación, defina por “humanismo” participar del
ejercicio democrático en igualdad de condiciones con quienes representan a los
pobres, a los oprimidos, a las reivindicaciones de buen vivir, a los
campesinos, a los obreros, a la clase media y a las élites nacionalistas, menos
aún, cuando ha echado mano de todos los medios posibles para combatir los
ideales de vida, dignidad, justicia social, democracia, soberanía, equidad,
paz, distribución de las riquezas,
solidaridad y libertad, que encarnan los proyectos democráticos y de
izquierda.
Si las condiciones estuvieran dadas, este país no
sería la Colombia que conocemos y la lucha por democratizar la nación, que
desde hace décadas viene dando el movimiento popular sería anacrónica y sin
sentido. Y sin embargo, éste tiene y tendrá sentido, siempre que desde la base,
todos los sectores sociales que históricamente han sido excluidos de todas las
esferas del poder, participen amplia y democráticamente de la transformación de
esta gran nación. Por ello y para ello, es inaplazable discutir los factores
subjetivos que han incidido en los fracasos electorales, no sólo para describirlos
y enumerarlos, sino para éstos sean superados a través del trabajo arduo y
constante de las organizaciones y las comunidades.
El arte de vencer se aprende en las derrotas, decía
Simón Bolívar. Vencer, propósito que depende más de la praxis de todos y cada
uno los integrantes del Movimiento Social y Político Marcha Patriótica, del
trabajo en las calles y en los campos, que de estas líneas.
[i]
SPITALETTA, Reinaldo. De votaciones y monjitas. Columna. El Espectador. Lunes
26 de Octubre. En: http://www.elespectador.com/opinion/de-votaciones-y-monjitas
[ii]
Idem.
[iii]
En las elecciones atípicas a gobernación del Valle realizadas en 2012, la
Fiscalía General logró capturar funcionarios de la Registaduría Nacional que
pretendían hacer fraude en favor de una de las candidaturas, como en su momento
lo señalaron los medios de comunicación. Los cabos sueltos de la registraduría
paralela en el Valle. Revista Semana. 2012/07/03. En: http://www.semana.com/buscador?query=cabos%20sueltos%20registraduria%20paralela%20valle
[iv]
Como se hizo el fraude. Revista Semana. 2006/04/08. En: http://www.semana.com/nacion/articulo/como-hizo-fraude/78258-3
0 comentarios:
Publicar un comentario