EL
VALLE TAMBIÉN VA POR LA PAZ
Claro y contundente fue el
pronunciamiento de más de un millón de
colombianos y colombianas que se tomaron Bogotá. Desde todos los rincones del
país, miles y miles de personas, y organizaciones sociales como la Marcha
Patriótica, llagaron a la capital para gritar al unísono: “¡Somos más, ahora sí
la paz!”. Pero también tenían otro objetivo claro, precisar al Gobierno
colombiano, y a la opinión pública, que la paz que requiere nuestro país es una
paz duradera, esa paz que nace de la solución a los profundos problemas de
desigualdad que vive Colombia; en otras palabras, el 9 de abril de 2013, en
Colombia se marchó por la paz verdadera, por una PAZ CON JUSTICIA SOCIAL.
Se trató de apartar a la sociedad
colombiana del proceso de paz. Y el pueblo entonces respondió y enfrentó en las
calles a quienes pretenden satanizar los sueños de una Colombia justa y
democrática. Porque ni instalando la mesa de diálogos fuera del país, ni invisibilizando
las discusiones de la mesa en La Habana, lograron apartar a la sociedad
colombiana de la búsqueda de la paz con justicia social. El pueblo colombiano
se niega a tomar distancia de este momento histórico y exige la participación
plena en la mesa de diálogos de paz; y esta multitudinaria marcha fue la
expresión digna de este sentir que apoya los diálogos en La Habana, y demanda
su permanencia hasta que se alcance la salida política al conflicto social y
armado colombiano.
Por tanto el 9 de abril, día que los
colombianos y colombianas recordamos indignados la muerte del caudillo liberal
Jorge Eliecer Gaitán en el año de 1948, en un capítulo sangriento de la
historia de Colombia que evidenció la falta de garantías democráticas para
ejercer la oposición política en nuestro país, este 9 de abril de 2013, los colombianos
y colombianas lo recordarán y seguirán las huellas de los millones de pasos de patriotas
valientes que por las calles, no solo de la capital, sino del país entero,
dejaron atónitos a los enemigos de la paz, a quienes viven de la guerra y desangran
la dignidad del pueblo colombiano.
Y como todos los departamentos, el Valle
del Cauca aportó su granito de arena. Muchos desplazándose a la capital, y otros
tantos evocando y transmitiendo el sentir patriota en las calles caleñas con
una marcha que llegó a la Plaza de San Francisco. Miles de vallecaucanos de distintos
municipios marchando en Bogotá, y otros cientos congregándose en Cali,
recordaron que el Valle también va por la paz…
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