DECLARACIÓN POLÍTICA DEL MOVIMIENTO
MARCHA PATRIÓTICA
Leída el 23 de abril de 2012 en la Plaza
de Bolívar de la ciudad de Bogotá
Con
convicción y firmeza, partiendo de los más distantes puntos de la geografía
nacional ha confluido en la ciudad de Bogotá la Marcha de la Esperanza, la
Alegría y la Dignidad. Desde las sierras, los llanos, el piedemonte y la costa,
nos hemos dado cita más de 1700 organizaciones que con espíritu deliberativo y
constructivo hoy avanzamos un paso más en la edificación de la Segunda y
Definitiva Independencia. En la más profunda hermandad y solidaridad de los
pueblos que luchan por soberanía y autodeterminación, delegados y delegadas de
América Latina, Europa, Australia y Norte América, han acompañado
solidariamente la realización del Consejo Patriótico Nacional, que de manera
decidida declara:
1.
Anunciamos a las gentes del común y al pueblo colombiano, en general, así como
a la comunidad internacional, que durante los días 21 y 22 de abril de 2012
nos hemos encontrado para constituir el Movimiento político y social
Marcha Patriótica, con el propósito de contribuir a producir el cambio político
que requiere nuestro país, superando la hegemonía impuesta por las clases
dominantes, avanzar en la construcción de un proyecto alternativo de sociedad y
al logro de la segunda y definitiva independencia. Precisamente en momentos en
los que el capitalismo se encuentra en una de sus más grandes crisis, mostrando
sus cada vez más evidentes límites históricos.
2.
Marcha es el lugar de encuentro de múltiples procesos de organización,
resistencia y lucha que han decidido hacer suyo el ejercicio de la política y
aspira a ser una expresión organizada del movimiento real de las resistencias y
luchas de las gentes del común y de los sectores sociales y populares que
cotidianamente en todos los rincones del país, en forma heroica y pese a las
adversidades, actúan por una patria grande, digna y soberana.
3.
Pese a que el gobierno de Santos se ha empeñado en aparecer como renovador y
modernizante, en Marcha consideramos que éste es representativo de una
continuidad en el proyecto hegemónico y de intentos de reacomodos en el bloque
en el poder precisamente para garantizar esa continuidad. Sin dejar de percibir
conflictos y diferencias entre las facciones que conforman dicho bloque,
promovidos por los sectores más guerreristas y ultraderechistas, ligados al
narcoparamilitarismo, no se aprecia –más allá de la retórica- el surgimiento de
nuevas condiciones que permitan afirmar que se está en camino de superar las
estructuras autoritarias, criminales, mafiosas y corruptas que caracterizan el
régimen político colombiano. Tendencias recientes de los desarrollos
legislativos en diversos campos parecen más bien reforzar el manto de impunidad
que ha prevalecido en el país, buscan institucionalizar el ejercicio de la
violencia contra la población, al tiempo que pretenden perseguir y criminalizar
la protesta y la movilización social.
4.
El gobierno de Santos ha venido profundizando el proceso de neoliberalización
de la economía y de la sociedad iniciado hace más de dos décadas. Ese
continuismo favorece esencialmente al capital financiero transnacional y a los
grandes grupos económicos que, pensando exclusivamente en su afán de lucro, han
impuesto un modelo económico empobrecedor. Tal modelo ha desindustrializado el
país, sumido la producción agrícola y, en especial, la producción de alimentos
en una profunda crisis, propiciado una terciarización precaria, estimulado al
extremo la especulación financiera, y promovido -sobre todo durante la última
década- la explotación intensiva de nuestra riqueza en hidrocarburos, minerales
y fuentes de agua, acompañándola de la producción de agrocombustibles, de
explotación forestal y de megaproyectos infraestructurales. En desarrollo de
este modelo, se ha diseñado todo un andamiaje jurídico-institucional y militar
para proteger los intereses del gran capital, el cual se ha venido
perfeccionando durante el actual gobierno a través de múltiples reformas de
alcance constitucional y legal. La entrada en vigencia del Tratado de Libre
Comercio con Estados Unidos, y de otros tratados de similar contenido es una
buena manifestación de ello.
5.
Este modelo económico ha conducido a una creciente degradación de la soberanía,
a una mayor concentración y centralización de la riqueza, a la desigualdad
social en aumento, a la precarización y pauperización del trabajo, a la
depredación socioambiental, así como a la continua apropiación de riqueza
social y de los frutos del trabajo mediante el despojo y el desplazamiento
forzado de la población. También ha propiciado una mercantilización extrema y
profunda de toda la vida social. Asimismo, se ha constituido en fuente de
apropiación de dineros públicos, mediante el despliegue generalizado de estructuras
corruptas.
6.
En Marcha Patriótica señalamos la necesidad de producir un cambio
político en el país que siente las bases para la derrota del actual bloque
hegemónico de poder y genere las condiciones para las transformaciones
estructurales económicas, políticas, sociales y culturales que demandan
las gentes del común y el pueblo colombiano en general. Marcha pone su
acumulado y sus proyecciones al servicio de ese propósito, llama a la más
amplia unidad del pueblo colombiano y, en especial, a los diferentes procesos
sociales y populares existentes tales como el Polo Democrático Alternativo y
otros partidos y organizaciones políticas de la izquierda, el Congreso de los
Pueblos, la Minga Social e Indígena, la Coordinadora Nacional de Movimientos y
Organizaciones Sociales y Políticas, el COMOSOC, la MANE, así como a las
demás fuerzas políticas, económicas y sociales que así lo consideren, a la
construcción de acuerdos programáticos que permitan avanzar hacia la superación
del modo de vida y de producción imperante en el país, a la transformación
estructural del Estado, de la economía y de la cultura.
7.
En Marcha Patriótica manifestamos la decisión política de luchar por un
nuevo modelo económico, de Estado y de sociedad, que posibilite la
transformación estructural del modo de vida y de producción, permita garantizar
y materializar los derechos humanos integrales, dignificar y humanizar el
trabajo, reparar integralmente a las víctimas de la violencia y terror
estatal y paramilitar, organizar democráticamente el territorio, realizar
reformas agraria y urbana integrales, emprender las correspondientes
transformaciones socioculturales, dignificar el arte y la cultura, luchar por
un nuevo orden internacional basado en los principios de la soberanía, la no intervención,
la autodeterminación y el internacionalismo de los pueblos, y contribuir a la
integración de Nuestra América. Todo ello, en dirección a la construcción de un
proyecto alternativo que supere la prevaleciente organización capitalista de la
sociedad. Marcha Patriótica se compromete al desarrollo de su plataforma
programática con la más amplia participación de las gentes del común y, en
general, de los sectores sociales y populares. Para lograr ello, llevará a cabo
los Cabildos abiertos.
8.
En la coyuntura actual, en atención a las dinámicas de las luchas, así como a
las tendencias de política gubernamental en curso, Marcha Patriótica
considera de vital importancia y de suma urgencia lograr acuerdos entre los
diferentes procesos políticos y organizativos del campo popular, así como con
las demás fuerzas políticas económicas y sociales interesadas, para enfrentar
en lo inmediato y construir alternativas relacionadas con la política de
tierras, la defensa del territorio, la reivindicación del trabajo, la educación
superior, la salud y la seguridad social, y los tratados de libre comercio,
entre otros. En todos los casos se trata de juntar esfuerzos y de avanzar en la
construcción de acumulados hacia la movilización como principal vía del
accionar colectivo y tendientes a la realización de un gran Paro Cívico
Nacional.
9.
Pese a una retórica gubernamental que con alguna intermitencia señala
considerar la necesidad de la paz para nuestro país, todo indica que tal
propósito es concebido en términos de una solución militar, a la que presionan,
además, en forma continua y con persistencia, los sectores militaristas y de
ultraderecha. La actual política contrainsurgente se fundamenta en un creciente
intervencionismo militar extranjero con el que, además de pretender inducir un
cambio en el balance estratégico de la guerra, se responde a los intereses
geopolíticos y económicos del imperialismo estadounidense para garantizar el
acceso a recursos estratégicos, proteger las inversiones trasnacionales y
contener cualquier amenaza frente a esos propósitos, sea ésta de movimientos
sociales o insurgentes, o de Estados soberanos en la región.
10.
La política de la solución militar encuentra su actual expresión en el Plan
Espada de Honor, que se une a otras experiencias del pasado reciente, inscritas
todas ellas dentro del Plan Colombia y sus diferentes fases de ejecución. Con
ella se busca la rendición y la desmovilización de la insurgencia. La
experiencia de nuestro país durante los últimos cincuenta años enseña, no obstante,
que propósitos similares no han sido más que empresas fallidas, que le han
terminado imprimiendo nuevas dinámicas y formas de expresión a la
confrontación. Y no puede ser de otra manera, dadas las raíces históricas
y la naturaleza política, económica y social del conflicto colombiano, así como
la dinámica específica de una guerra irregular y asimétrica.
11.
Una prolongación indefinida del conflicto social y armado, además de lo que
ello representa en términos del sufrimiento de la población y del continuo
aumento de los gastos para la guerra que bien pudieran ser destinados para
atender las necesidades de las gentes del común, conduce a la peligrosa
militarización de la vida política, económica, social y cultural. Marcha
Patriótica manifiesta su compromiso ético y político con la búsqueda de una
solución política al conflicto social y armado. En consideración a que ésta
debe ser apropiada socialmente, Marcha manifiesta su decisión de
impulsar procesos constituyentes regionales y locales por la solución política
y la paz con justicia social, tendientes hacia la realización de una Asamblea
Nacional. Asimismo, propone a todas las fuerzas políticas, económicas y
sociales aunar esfuerzos para transitar caminos que permitan hacer realidad los
anhelos de paz de las gentes del común y del pueblo colombiano en general. Ello
podría tener una expresión inicial en la realización de un encuentro nacional
por la solución política y la paz con justicia social.
12.
Marcha presenta su saludo solidario a todas las movilizaciones,
resistencias, y luchas populares; manifiesta su compromiso de acompañarlas,
hacerlas suyas y participar activamente en ellas. Saluda igualmente a todos los
hombres y mujeres que, en campos y ciudades, entregan lo mejor de sus vidas
para contribuir al buen vivir de las clases subalternas, oprimidas y
explotadas. Llama la atención sobre la situación de los prisioneros de guerra,
y manifiesta su solidaridad con los prisioneros políticos y de conciencia.
Asimismo, declara su vocación internacionalista y su irrestricto apoyo a todos
los luchadores y luchadoras que en el mundo y en Nuestra América buscan la
superación del modo de vida y de producción impuesto por el capitalismo.
13.
En Marcha hemos llegado las y los patriotas para afirmar la existencia de
sueños colectivos; para trazar rutas de dignidad; para abrir puertas de
esperanzas realizables. Siguiendo el legado de las y los libertadores de la
Primera Independencia y de los luchadores populares de las resistencias en
nuestra nación, somos participes de este nuevo capítulo en la historia que
habrá de forjarse en la más amplia unidad popular. Salimos convencidos y
convencías que el sueño no solamente existe, sino que se hace realizable en el
trabajo colectivo de cada organización y en la propuesta colectiva que seguimos
construyendo. Entregamos al país este aporte de esperanza decidida, invitando a
marchar, a caminar, a luchar y a construir.
¡A Marchar por la Solución Política!
¡A Marchar por la Soberanía y la
Integración de los Pueblos!
¡A Marchar por la Unidad Popular por la
Segunda y Definitiva Independencia!
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